Peumayen, lugar soñado en mapuche, en el valle de Aconcagua un oasis, un microclima con vientos que llegan del pacífico soplando durante todo el día. Las vides se toman su tiempo para madurar, recién están entrando en la etapa de envero (coloración de la uva) y la cosecha, recién en abril, mayo.
Una viña (bodega para los lectores argentinos) familiar donde todos ponen lo mejor, incluso las vides para lograr vinos de alta calidad.
Actualmente pertenece al Movimiento de Viñateros Independientes.
Recién salido del "horno". Le falta evolucionar por ser un 2014, con muy buen potencial. Rojo intenso, se me vino en nariz el "sotobosque" (gracias a mi compañero de curso que me introdujo esta distinción). Aparece la ciruela primero y luego notas de chocolate. Muy interesante porque no estaba acostumbrado a este tipo de descriptores en esta cepa. Esperarlo.
Un blend con un toque (menos del 15%) de una cepa que le da magia.
En este caso aparecen mucho las especias, pimienta negra y clavo de olor.
Un corte bien integrado con estructura y listo para un asado.
Sobresale el syrah. Va desde las flores blancas, pasa por la ciruela y termina con una nota dulce acaramelada.
Te pasea por todos los sentidos. Muy bueno. Hay mucho para descubrir, para mi, de esta cepa en Chile.
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